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Ningún otro establecimiento del género mantiene, en continuidad, tanto tiempo de actividad.

Casa de Fados de 1927, la más antigua de Lisboa, tiene planta en el cada vez más cosmopolita Bairro Alto. Se adaptó a la belleza austera del espacio abovedado de las antiguas bodegas pertenecientes al Palacio Brito Freire (siglo XVII), a ser restaurado en 2017.

Se mantiene al servicio del Fado, de la cultura popular portuguesa, de los portugueses, como tarjeta de visita para quien llega a Lisboa, de todo el mundo.

Los 90 años de historia del Café Luso cruzan generaciones de empresarios y artistas que dan alma a esta casa de fados, que pasan el testimonio entre sí y hacen evolucionar esta tradición.